martes, marzo 08, 2005

Dime qué dices, y te diré quién eres

Marzo 3, 2005
Viviana Delgado

Introducción

Richard Foster, autor cristiano afirma que: "La lengua es un termómetro; nos habla de nuestra temperatura espiritual. También es un termostato; controla nuestra temperatura espiritual."
Nuestras palabras no solamente pueden reflejar estados muy profundos del corazón, sino que también pueden ser esa herramienta a través de las cual nos convirtamos en vencedores de la carrera que tenemos por delante.
Una gran demanda que nos hace la Biblia es la de cuidar nuestro corazón porque de él mana la vida, porque de él depende que tan feliz sea su existencia (Proverbios 4: 2.) Pero a veces es una tarea difícil porque, como dice también la Biblia, el corazón es engañoso; por lo tanto, es complicado cuidar lo que no se conoce. Lo bueno, es que la misma Sagrada Palabra nos da una excelente herramienta para usted conocer su corazón; y más aún, para cuidarlo: los dichos de su boca.

Desarrollo

1. Santiago 3: 9-12. Que fácil es venir a las reuniones y bendecir a Dios, cantarle y alabarle, pero luego llegar a la casa y maltratar con nuestra lengua la representación de Dios aquí en la tierra: su prójimo. En pocas palabras, Pablo nos está enseñando que cuando su lengua se levanta contra su prójimo, no solo se está levantando contra un persona, sino contra Dios mismo. Esto es una realidad muy fuerte, que lastimosamente a veces olvidamos muy rápido.
Este pasaje nos ilustra claramente que hay una relación directa entre los que se dice y lo que se es. Como es imposible que brote agua dulce y salada de una misma fuente, que una higuera de aceitunas de higos; también lo es que de un corazón limpio broten palabras ofensivas, llenas de amargura y resentimiento. De esta manera, si usted quiere conocer como es su corazón, no piense en cuántos días a la semana hace el devocional, o cuántas veces viene a la reunión en el mes; mas bien medite en la forma en que usted se dirige a su esposo(a), hijos, compañeros de trabajo o vecinos, sobre todo en los momentos de conflicto. Este será un método acertado para usted evaluarse a sí mismo. Recuerde, la lengua es su termómetro espiritual.
Pero también recordemos que las palabras que salen de mi boca no deben ser meramente corteses para que cumplan los estándares bíblicos, sino que deben ir cargadas de amor, del amor que nos habla 1 de Corintios 13. Cortez, puede serlo cualquiera en la calle, pero solo un corazón lleno de Dios puede amar a través de las palabras. Una buena pregunta para hacerse usted hoy es : ¿Cuanto esta usted aportando para la valía de su cónyuge, hijos . . .? ¿Sus palabras están construyendo o destruyendo? No hay término neutro. Usted no se puede conformarse diciendo "yo no hablo con tal persona ni para bien ni para mal." El no hablar cuando se tiene que hacerlo también es contado por pecado.

2. No olvide que su lengua no solo es un termómetro, también es un termostato que le ayuda a cuidar su corazón. ¿Esta usted interesado en cuidar su corazón para ver días felices? Sencillo, controle los dichos de su boca. Proverbios 12: 18 es uno de los muchos versículos en los que el libro de Proverbios nos enseña que el producir alivio y no carga con nuestras palabras es sabiduría. Y es sabiduría sencillamente porque de esta manera usted está cuidando también de sí mismo. Cuando sus palabras producen vida en los oyentes, se produce una especie de operación no solo en el que le escucha, sino en usted mismo. Practique esto todos los días, y verá que los resultados no se harán esperar. Tome la decisión de convertir su lengua en un instrumento de amor y reconciliación.

Conclusión

Santiago 1: 26 dice: "Si alguien se cree religioso pero no le pone freno a su lengua, se engaña a sí mismo, y su religión no sirve para nada".

Ejercicio en oración:

Tome papel y lápiz, y empiece por hacerle un examen a su corazón durante la semana que está terminando. Es decir, escriba las palabras que usted emitió contra alguna persona, que produjeron dolor, frustración, tristeza, etc. Luego pídale al Señor perdón por ellas y pídale que le enseñe a ser un instrumento de su amor. Seguidamente, escriba algo que quiera usted decirle a su cónyuge, hijos y a algún compañero de trabajo, de tal forma que le este expresando su amor y admiración. Este será su compromiso personal con Dios.

1 comentario:

Diana Arce dijo...

Vivi,

La vida nos llevo por caminos muy distintos y lejanos a cada uno, sin embargo lo aprendido en esa bella epoca de adolescencia en la cruzada nos identifica y nos ha mantenido unidos de corazon.

Dios nos ha guiado y mantiene viva la llama de la fe, dia a con dia he descubierto mas el amor inmenso de el asi a nosotros y la importancia de vivir esa fe, donde existe la felicidad sin importar las circunstancias, pues cada paso es una gran ensenanza y un avanze en nuestra vida espiritual.

No puedo olvidar tu gran liderazgo y vocacion, tus palabras y ensenanzas fueron semillas que crecieron y dieron frutos.

Me alegra mucho que sigues por el mismo camino y que tengas una linda familia.

Muchos besos, abrazos y recordandolos siempre.

Mil bendiciones

Diana Arce
dcach25@gmail.com