miércoles, febrero 09, 2005

Aprendamos a orar con lujo de detalles

Hace poco nos cambiamos de sede distrital y gracias a Dios la nueva casa es como se la estaba pidiendo a él desde noviembre del año pasado. Desde que decidimos que era hora de cambiar de sede, me puse a orar y a expresarle a Dios con lujo de detalles lo que quería de la nueva casa: que tuviera cortinas, chimenea, parqueadero cubierto, estufa de gas, un parque cerca, varios espacios para las reuniones distritales, etc. Lo hice durante varios meses y para mi sorpresa eso fue exactamente lo que recibimos este mes de febrero. La nueva casa es tal cual la habiamos deseado.

Dice un proverbio lo siguiente:
"Cada uno se sacia de lo bueno del fruto de sus labios, y de la obra de sus manos recibe su recompensa." (Proverbios 12:14, Nueva Versión Internacional).

Para mí este proverbio me expresa algo más profundo que el estar diciendo cosas buenas para recibir cosas buenas. Me lleva a reflexionar que si me quiero saciar de bien, más que tener un lenguaje positivo, debo tener una vida de oración constante y saber que debo estar comunicándome con Dios en cada momento. Saciarme de bien del fruto de mis labios es aprender a hablar con Dios primero; a expresarle lo que siento, anhelo y deseo, antes que a cualquier persona y antes de actuar.

La oración tiene poder. Y quiénes oran insistentemente reciben respuesta inmediata de Dios. Para mí es un testimonio poder decir que la casa que obtuvimos fue resultado de orar insistemente, y poder decir que nos estamos "saciando de lo bueno" como resultado de expresarle nuestras necesidades a Dios. A veces se comete el error de expresar las necesidades, anhelos, dolores, faltantes a otras personas, a conocidos quienes no pueden hacer nada. Y se nos olvida que Dios, quien es todo poderoso, sí puede hacer algo por nosotros.

Cristo fue muy claro en Mateo 6:7-8 cuando nos aconsejó que pidamos y busquemos, pero que lo hagamos a Dios y no a los demás seres humanos, y como resultado recibiremos de Dios una respuesta. La próxima vez que quiera algo, que le falte algo, que necesite cualquier cosa, dirija sus palabras al cielo y verá la respuesta. Y claro, no se olvide de expresarle a Dios con lujo de detalles lo que usted desea.

1 comentario:

Ana Gabriela dijo...

Gracias por este mensaje, es primera vez que entro aqui, y ya veo las bendiciones que comparte. Realmente voy a empezar a orarle a Dios con lujo de detalles para que mi boda, mi casa y futuros proyectos sean una realidad justo como lo anhelo y aun mejor (sabiendo que lo que yo quiero, se puede estar quedando corto para lo que de verdad Dios tiene para mi).
Saludos desde Panama y que Dios le siga bendiciendo y prosperando junto con su familia.