
Es entonces normal sentir que no puedo más, que andar en oscuridad es demasiado para mí o tal vez que de esta oscuridad ya no tenga salida (Salmo 88:18). Pero, así como dijo el siervo de Dios en Lamentaciones, en medio de una gran aflicción, nosotros no debemos dejar la esperanza que Dios nos ayudará a superar nuestros momentos de tinieblas. Dice Lamentaciones 3:22-26, Que por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias; nuevas son cada mañana. ¡Grande es tu fidelidad! "Mi porción es Jehová; por tanto, en él esperaré", dice mi alma. Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que lo busca. Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová.
No debo entonces, temer a las tinieblas; tampoco debo desperarme en medio de ellas. Debo actuar con calma y no debo moverme hasta que Dios me lo indique. A veces es necesario sufrir un poco las tinieblas, para comprender que debo guardar silencio, que debo ser paciente, que debo esperar en Dios para que él actue. En medio de las tinieblas es que recuerdo que Dios es quien salva y no yo.