viernes, diciembre 14, 2007

Para los egresados Plan MIL 2007


Les saludo como Pablo a Timoteo: "A mis queridos hijos del Plan MIL" (2 Timoteo 1:2). Les digo "hijos" con mucho cariño y respeto. Por supuesto que no pretendo ser el padre de todos los que vienen cada año al Plan MIL - esto de ser padre no es fácil y estoy seguro que sus propios padres han hecho una muy buena labor con todos ustedes. Tampoco les digo 'hijos' con el afan de ser llamado 'padre' por ustedes. Pero les hablo en este término pues es inevitable encariñarse de ustedes con quienes hemos compartido durante un año. Así que, por esto me tomo el atrevimiento de decirles con cariño y respeto: hijos.

A ustedes pues, les recomiendo las lecturas de Filipenses 2:19-22 y 2 Timoteo 1:5-9. De estas lecturas por favor reflexionen sobre este joven Timoteo, una persona de la entera confianza del apóstol Pablo, a quien se le delegó mucho del ministerio del primer siglo. Timoteo tenía las siguientes características, las cuales me gustaría imitaran también ustedes:

1. Era un hombre fiel a la obra de Dios y a su líder Pablo (Fil 2:20a).
2. Se preocupaba por el ministerio y por las personas que integraban el ministerio. Amaba mucho la obra de Dios (Fil 2:20b-21).
3. Trabajaba arduamente como un hijo que labora al lado de su padre (Fil 2:22).
4. Era un hombre que seguía la fe de su abuela y su madre (2 Tim 1:5).
5. Su fe reflejaba que Timoteo era un hombre valiente el cual no se avergonzaba del Señor Jesucristo (2 Tim 1:7-8).

Finalmente, Timoteo era un hombre que se inspiraba en la obra de sus líder Pablo, el cual estando encadenado predicaba el evangelio con convicción y denuedo (2 Tim 2:8-9).

Por esta razón muchachos del Plan MIL, les recuerdo que ustedes han tenido un excelente año de la mano de Dios. ¡Bendito sea el Señor que se acabó el año! Claro, porque se acabó una etapa de sus vidas y comienza otra muy importante: recoger lo que se sembró en sus vidas durante un año. Ahora, después del Plan MIL es cuando salen a volar, ya sea como Paulinos o como Aspirantes a Misioneros, y demuestran que la enseñanza de Dios en sus vidas no está encadenada. Confío en Dios que él hará una excelente obra con todos ustedes, los que seguirán dispuestos a dejarse usar por él, así como sucedió con Timoteo.

Dios les bendiga y recuerden que Vivi, Sofía, Juliana y yo les amamos y estaremos orando constantemente por ustedes.